1.- Sistemas de riego
Historia de los sistemas de riego
En las diferentes épocas y lugares, todas
las civilizaciones compartían un gran grado de adaptación tecnológica a las
condiciones climáticas y territoriales más adversas.
Los primeros registros del riego en agricultura se remontan al año 6000 a.C. en Egipto y en Mesopotamia (Irak e Irán en la actualidad) cuyos pobladores utilizaban los patrones de riada del Nilo o del Tigris y Éufrates, respectivamente. Las inundaciones que ocurrían de julio a diciembre, eran desviadas hacia los campos durante unos 40 ó 60 días. Luego se drenaba el agua hacia el río en el momento preciso del ciclo de cultivo.
En el año 3500
a.C. aparece se empieza a utilizar el nilómetro, una medida del nivel de agua
del río Nilo. Este indicador de inundación consistía en una columna vertical
sumergida en el río con marcas de profundidad, en intervalos.
Un segundo
diseño consistiría en una serie de escaleras descendiendo en el río.
En 3100 a.C, en
la primera dinastía de Egipto, se construyó el primer proyecto de riego a
gran escala, bajo el reinado del rey Menes. Se utilizaron presas y canales para
dirigir las aguas de inundación del Nilo hacia el lago Moeris.
En 2100 a.C ya
un milenio más tarde cuando aparecieron las tuberías de cemento y de roca molida.
Los famosos acueductos, una invención construida por los ingenieros romanos,
permitía transportar el agua salvando los desniveles del terreno.
El rey
babilónico Hamurabi, autor del famoso código jurídico, fue quien elaboró las
primeras regulaciones sobre el agua. Tenía en consideración la
distribución del agua de una manera proporcional, con base en la superficie
labrada, también se definía la responsabilidad del agricultor de realizar
mantenimiento de los canales de propiedad, así como la administración colectiva
del canal por parte de todos sus usuarios.
En este punto
de la historia, el desarrollo agrícola radicaba en una serie de técnicas para
manejar el agua de riego a través de los sistemas de distribución y
en la construcción de terrazas de cultivo. Se desarrollaban tecnologías
enfocadas a mitigar los efectos de la erosión, aminorar las inundaciones,
retener humedad, y permitir captaciones, traslados y almacenamientos.
Po otro lado,
en la cultura azteca destacó el conocido como cultivo por chinampas, que
consistía en una construcción de campos elevados dentro de una red de canales
dragados sobre el lecho del lago. Así se reciclaban los nutrientes arrastrados
por las lluvias. Los Mayas, que estaban asentados en la selva tropical,
establecieron diferentes técnicas adecuadas para cada tipo de terreno: campos
elevados en zonas inundables y terrenos con desnivel en zonas de excesiva
humedad. Construían terrazas de cultivo sostenidas por muros, así podían
modificar la pendiente del terreno, contribuyendo a preservar la humedad y a
mejorar la fertilidad del suelo.
Características de los sistemas de riego
Se denomina Sistema de riego al conjunto de estructuras, que hace posible que una determinada área pueda ser cultivada con la aplicación del agua necesaria a las plantas.
El sistema de riego consta de una serie de componentes, aunque no necesariamente el sistema de riego debe constar de todas ellas, ya que el conjunto de componentes dependerá de si se trata de riego superficial (principalmente en su variante de riego por inundación), por aspersión, o por goteo. Por ejemplo, un embalse no será necesario si el río o arroyo del cual se capta el agua tiene un caudal suficiente, incluso en el período de aguas bajas o verano.
nota: Los sistemas de riego que implementan agua
de lluvia se convierten en uno de los más adecuados para el riego de cultivos,
debido a que su concentración de nitrógeno produce una acción fertilizante.
Tipos de sistemas de riego
Son muchas las soluciones que existen para distribuir el agua a los cultivos, plantas o árboles y, dentro de estas opciones, suele haber bastantes variantes que se pueden configurar para conseguir el riego deseado.
1.-Aspersión
En este sistema se ubican varios aspersores en puntos estratégicos y el agua cae sobre todo el cultivo en forma de lluvia. Esta herramienta ofrece la opción de moverse en varias direcciones o quedarse estática para que el riego sea localizado.
El riego por aspersión cuenta con la
ventaja de permitir que cada una de las plantas sea rociada de manera
equitativa. Adicional a ello, brinda la alternativa de poder controlar la
presión de agua según la distancia que se necesite cubrir y las necesidades de
los cultivos.
Otro de los éxitos del riego por aspersión es que se caracteriza por ser apto para instalarse en todo tipo de suelos. Sin embargo, es imprescindible estudiar de manera detallada la cantidad y las ubicaciones de los aspersores para evitar que en algunas zonas no llegue el agua suficiente.
La idea es lanzar el agua desde un punto hasta otro, logrando así humedecer una zona. Se suele estudiar el área que se necesita regar y, mediante la combinación de varios aspersores, se consigue regar evitando zonas muertas. La fuerza con la que este tipo de riego expulsa el agua se mide en presión por centímetro cuadrado:
Baja presión: tiene un alcance de unos 12 metros y trabaja hasta con 1,5 kg por
centímetro cuadrado.
Presión media: en este caso la presión oscila entre 1,5 y 4,5. La distancia
aumenta hasta 25 metros.
Presión alta: este tipo de aspersor puede llegar hasta los 60 metros de
distancia; para ello se necesita aplicar una presión superior a 4,5 kg por
centímetro cuadrado.
2.-El goteo
En este tipo de riego se instalan un
conjunto de tuberías a lo largo de todo el terreno y se ubican unos goteros al
frente de cada planta. De esa manera, el agua sale gota a gota y riega de
manera directa las raíces de los vegetales.
Este sistema es uno de los que más
optimiza agua, pues no se riega todo el suelo, sino que se humedecen áreas
específicas. Además, funciona por sí solo y permite que, mientras tanto, las
personas se enfoquen en otras tareas del jardín.
Esta clase de riego es utilizada en zonas en las que el agua escasea y optimiza ese recurso de una manera considerable. La idea de funcionamiento es distribuir el agua a través de goteros, que humedecerán la zona de las raíces de cada una de las plantas.
Es común encontrar dos formas de
instalación de este sistema de distribución de agua. Por un lado, está la tubería
para riego por goteo para distribuirla a la largo de toda la zona que hay que
regar. A esta tubería luego se le pincha un gotero, que será el encargado de
suministrar el agua de forma muy controlada.
Por otro lado, se pueden adquirir tuberías que ya tienen incorporado el goteo en la propia tubería. Esto significa que será mucho más fiable que otros tipos de riego, puesto que no hay que manipular la manguera para instalarle el gotero. Además, los goteros que vienen instalados están perfectamente integrados, evitan obstrucciones mediante el drenaje de las impurezas y ofrecen varios caudales. Los caudales se miden por litros distribuidos en una hora y hay varios rangos disponibles desde 0.5 hasta 8 litros por hora.
3.-Exudación
Este tipo de riego se instala una
manguera porosa a lo largo de todo el cultivo. De ese modo, el agua sale poco a
poco en pequeñas cantidades y penetra todas las partes de la planta que lo
requieren.
Lo más recomendable es que este sistema se
coloque al interior del terreno. Esto es para que el contacto con las raíces
sea más directo y las plantas puedan crecer de la mejor manera.
La gran ventaja del riego por exudación es
que proporciona niveles de agua que no permiten que surjan encharcamientos.
Adicional a ello, las mangueras están fabricadas con un material que resiste
las condiciones climáticas extremas y su ubicación logra que el césped siempre
tenga la humedad pertinente.
4.-Riego por gravedad
La ventaja del riego por gravedad es
que no requiere la instalación de una infraestructura costosa. Por ello,
se suele utilizar cuando lo que se busca es un mecanismo accesible y fácil de
mantener. Además, otro punto a destacar en este sistema es que el agua
lluvia puede verterse en los canales y ser reutilizada para el riego.
La gran desventaja es que gasta más agua que los otros sistemas porque carece de una automatización mecánica. Asimismo, las inundaciones pueden ser propensas si el terreno presenta imperfecciones y no tiene los drenajes adecuados. La ausencia de la tecnología también implica que el jardinero tenga que intervenir más en el proceso, aumentando sus horas de trabajo.
Ventajas
- Simplicidad de instalaciones e infraestructura
- Fácil mantenimiento
- El empleo de energía gravitatoria, conlleva necesidades energéticas
escasas o nulas
- Generalmente, menor eficiencia de aplicación que los riegos por aspersión y goteo (mayor consumo de agua).
- Puesto que muchos están situados en tierras bajas, los sistemas por
superficie tienden a estar afectados por inundación y salinidad si no se ha
previsto un adecuado drenaje.
- Pueden provocar pérdidas de nutrientes por lixiviación y pérdidas
de suelo por erosión.
- La superficie del terreno es el sistema de conducción y distribución por ello se requiere que la parcela esté nivelada.
- Dificultad de aplicar dosis bajas.
- Requerimientos elevados de mano de obra.
- Dificultades para la automatización y el telecontrol
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